R. Díaz Maderuelo - J. M. García Campillo - C. G. Wagner - L. A. Ruiz Cabrero - V. Peña Romo - P. González Gutiérrez

EL SACRIFICIO MOLK (Introducción)

Carlos G. Wagner

El sacrificio molk fue practicado en la Antigüedad por los fenicios, los hebreos y los púnicos. Su comprensión ha suscitado desde tiempo atrás numerosos estudios y una gran controversia. Conocido por el gran público desde la publicación del Salambó de Flaubert, sigue gozando de enorme actualidad entre los estudiosos. Básicamente se ha discutido, y aún se discute, sobre su frecuencia, carácter y naturaleza. Muy esporádico o habitual, cruento o incruento, practicado originariamente en Fenicia o propio sólo del ámbito colonial mediterráneo, constituyen los términos en que se ha producido el debate, no exento de otras implicaciones.

Los fenicios, que colonizaron una buena parte del Mediterráneo, tuvieron fama de sacrificar niños pequeños para alcanzar el favor de los dioses. Textos de la Biblia y noticias de autores griegos y latinos nos hablan de esta costumbre y los arqueólogos han descubierto a lo largo del pasado siglo un buen número de sitios con los restos incinerados de niños de corta edad. En principio se pensó que era la confirmación de la espantosa práctica que en la Antigüedad ya mereció reprobación casi unánime. Pero pasados los años, algunos investigadores han querido exculpar a los fenicios de esta lacra, argumentando que en realidad se trataba de muertes naturales acompañadas de ciertos ritos que fueron mal interpretados por sus detractores.

Tal divergencia de opiniones es consecuencia no sólo del carácter de los documentos, de por sí controvertidos, sino también, y en no menor medida, del enfoque con que se ha abordado su estudio. Así, pese a lo importante de los análisis de tipo filológico sobre el término molk y su contextualización en las fuentes literarias antiguas, a lo imprescindible de las indagaciones arqueológicas y epigráficas que han aportado gran parte de la información de que disponemos, se hace patente la conveniencia de una perspectiva amplia e interdisciplinaria que ni la Fenomenología ni la Historia de las Religiones, a pesar de su importante contribución, han podido colmar de forma satisfactoria.

La mejor prueba de que esto es así queda constituida por la incapacidad de llegar a explicar, desde dichos enfoques, los aspectos culturales y sociales del sacrificio molk, lo que ha llevado finalmente, en un loable pero no bien dirigido intento de librar a los fenicios de semejante "aberración", a cuestionar su misma existencia mediante un reinterpretación que lo convierte en un rito iniciático e incruento, que ha suscitado entusiastas adhesiones y no menor rechazo.

En los últimos años se ha producido una interesante polémica en torno al significado del sacrificio molk entre los fenicios y púnicos (PICARD, 1990; MARIN CEBALLOS, 1995), destacándose una posición “revisionista” que, dada la imposibilidad de explicarlo exclusivamente en términos religiosos y en el marco de los estudios de la religión comparada ha terminado por negar la evidencia documental, no aceptando -pese a la contundencia de los datos- el carácter cruento del mismo. Frente a ella, otro grupo de especialistas sostiene que se trata de un medio de regulación demográfica (LIPINSKI, 1988; STAGER y WOLFF, 1984; WAGNER, 1995).

Pese a todo, la polémica promete no aportar soluciones a medio plazo si no se lleva a cabo un estudio detallado y profundo de los modos de reproducción y las estrategias reproductivas propias de sociedades antiguas en que una práctica semejante pudiera insertarse. No es más que un ejemplo entre otros, aunque tal vez el más significativo, de la necesidad de adoptar enfoques teóricos y procedimientos metodológicos que permitan procesar la información disponible, añadiendo al mismo tiempo datos nuevos hasta ahora no evaluados, en el marco global e interdisciplinario del estudio de tales prácticas socioculturales.