R. Díaz Maderuelo - J. M. García Campillo - C. G. Wagner - L. A. Ruiz Cabrero - V. Peña Romo - P. González Gutiérrez

Epigrafía del Tofet

L.A. Ruiz Cabrero

Las inscripciones son parte de los documentos hallados en el tofet. Los caracteres en que se hallan escritos corresponden en su mayor parte a lengua fenicia*, púnica* y neopúnica*, aunque también hallamos algunos casos en lengua griega* y latina*. La técnica empleada para su consecución es a través de la incisión sobre un soporte de piedra (generalmente un cipo o una estela) o bien, junto a la incisión o en sustitución de ésta, por medio de la pintura, sistema del cual poseemos un menor número de restos debido a los problemas de perdurabilidad del mismo. De hecho el soporte, es decir, la estela o el cipo, constituye por si mismo un elemento de gran importancia ya que equivaldría a la casa del difunto, siendo su representación y en consecuencia el ánima. Así algunas inscripciones cartaginesas tardías hablan de “don de piedra” (CIS3777), portando incluso fórmulas de maldición contra aquel que la mueva o robe (CIS3783, 3784 y 3785). La piedra por tanto, tiene una sacralidad e indicaría la deposición de un individuo, en el caso que nos ocupa del niño sacrificado, y no de un animal.

La recopilación de todas las inscripciones en lengua semítica se comenzó a realizar bajo dos obras: el CIS (Corpus Inscriptonum Semiticarum) y el RES (Répertoire d’Epigraphie Sémitique), sin embargo, al igual que en el resto de los epígrafes, las inscripciones del tofet, se hallan disgregadas en numerosas obras y artículos. Respecto a su estudio, debemos mencionar que se carece de investigaciones globales sistemáticas, siendo los puntos de vista empleados bien conforme a la localidad donde han sido hallados (para Mozia Amadasi Guzzo 1986b, para Cartago Bartoloni 1976 y Vassel et Icard 1922ss, para Constantina Berthier et Charlier 1952, para Soussa Cintas 1947, o para Sabratha Taborelli 1992) o simplemente atendiendo a las fórmulas empleadas (Hoftijzer and Jongeling 1995, Müller 1984, Mosca 1975).

Para una mejor comprensión del significado de estas inscripciones se debe realizar un estudio cronológico. Así se observa una primera fórmula empleada (Amadasi Guzzo, 1986a) que, con el paso del tiempo, se irá reduciendo, consistente en:

denominación del objeto ofertado
denominación del rito
pronombre relativo
verbo que designa la oferta
nombre del oferente con eventual genealogía
nombre de la divinidad a la que se oferta precedida de la preposición l
fórmula alternativa de agradecimiento

Las más antiguas corresponden al período que va a caballo entre el s. VIII y s.VII procedentes de la isla de Malta: nßb mlk b≈ ≈m (CIS123) “estela de mlk bs#r >≈ ≈m (CIS123bis) “estela de mlk >s#r que ha puesto”. Sucesivamente el verbo principal irá cambiando: p#≈ ndr (Mozia nº 3) “estela que ha dedicado” o mtnt >≈ ndr “don que ha dedicado” (Mozia nº 11, 12, 13, 14 y 16); mlk b≈ ytn (CIS 5685) “mlk b≈ ndr (Mozia nº 31) “mlkt br, b≈r o b≈r “puerta de la ciudad”.
Debido a la posible alternancia de > y <, la palabra justa es ≈r: bßm™ ≈>rm (KAI163) en contra de bßm™ b>≈rm (KAI162), por lo que la división correcta sería b-≈>rm, hallándonos, cuando no aparece la b delante de la palabra, ante un caso en genitivo (≈ry CIS5689).

Tanto b≈ry como b≈rm, sus dos últimas letras corresponden a dos sufijos del caso oblicuo: -y, -m, pertenecientes a la 3ª persona del masculino singular. Por tanto la fórmula mlk b≈r correspondería a “holocausto de un hijo”, y en el caso sufijado, b≈ry, “holocausto de su hijo”.

Esta palabra en ocasiones va acompañada de btm (b≈>rm btm) o de bntm (b≈>rm bntm). Février (1953 y 1960) apuntaba hacia una similitud con la fórmula latina de sua pecunia, dando para b-tm o b-ntm el significado “a su gasto” (tmm sería una forma verbal, la cual algunas veces viene precedida de una nun característica de la conjugación pasiva niph-tm “su hijo perfecto”), por lo que la fórmula b≈>rm btm correspondería a “su carne en perfecto estado”, y b≈>rm bntm a “su carne por su hijo en perfecto estado”. Consideramos por el contrario que ambas palabras hacen referencia al sexo de la víctima del sacrificio, de ahí bt-m o bnt-m, es decir, la palabra hija con un sufijo de 3ª persona masculino singular (Garbini 1967). Además si atendemos a su posición dentro de la expresión hallamos que los sufijos que se emplean para las dos palabras son iguales, b-≈r-y bnt-y, lo cual corrabora esta última hipótesis ya que la m no formaría parte de la palabra sino que tendría la función de sufijo, haciendo por tanto caer las anteriores propuestas de Hoftijzer y Février.

En este período reciente, y a medida que nos acercamos al s. II, nuevas fórmulas se introducen en los epígrafes, tal es el caso de mlk >mr (CIS 307) y mlk >dm (EH 39 y 40). En este momento, como ya se ha indicado, la palabra mlk ha sufrido un pasaje semántico, designando el tipo de sacrificio realizado y no a la víctima. Por lo que se puede dar el sentido de: “sacrificio de un cordero” para mlk >mr, como claramente muestran las estelas de Ngaous que aportan su transcripción a lengua latina (Alquier 1931) en contra de la propuesta establecida por Buber (1956) con el significado "mlk ha hablado"; y “sacrificio de un hombre” para mlk >dm (De Vaux 1964), en contra de la propuesta efectuada por Kornfeld (1948-1952) con el significado "el rey es señor", la de Charlier (1953) como epíteto divino “el rey del hombre”, la de Février (1953 y 1955) con el significado “sacrificio de sangre”, o la establecida por Mosca (1975) en relación a la determinación de la condición social: hombre común, oponiéndose a la expresión mlk bzrm >≈ o su contraparte femenina >zrm >≈t (CISI5702 mención doble de víctima). Un solo caso de Soussa (T1) representa la expresión nßb mlk >zrm, en este caso no se acompaña de>≈ (hombre) o>≈t (mujer), debido a que la sexualidad ya vendría implícita con la palabra mlk (sacrificado).

Al constatarse en época púnica, la palabra >zrm sufre algunas variantes gráficas como la que representa el cambio de ≈ por z, debido a su confusión en la escritura y en su pronunciación (Chabot 1916). Fevrier (1955) lo analiza como>-zrm dando el significado de cordero, pero la constatación de mlk >dm >zrm >≈ (EH 162) o mlk bzrm (KAI 98) eliminan cualquier referencia hacia un animal. En Calama la serie zb™ bmlk >zrm >≈ y sus variantes propias del estadio de la lengua en época neopúnica (NP 15, 19 y 20) apuntan hacia un significado "sacrificio como mlk de >zrm masculino". El sarcófago de Eshmunazor (KAI14) ayuda a la comprensión de la palabra >zrm, la cual debe funcionar como un sinónimo de huerfano o de prematuro (Driver 1953) o hacer referencia a un status en conexión con la práctica de la circuncisión (Garbini 1994).


En lo que a la variedad del formulario epigráfico concierne, los términos empleados para designar el rito son los de mlk`dm, mlk` bl, mlk`mr y mlkt. La interpretación fundada sobre la presencia de las fórmulas mlk'bl y mlk'dm, y según la cual la primera habría de ser leída como «sacrificio de un (niño) noble», mientras que la segunda (que no aparece en Cartago) significaría «sacrificio de un (niño) común», debe ser descartada ante la evidencia contrastada de diversos lugares. En algún caso la fórmula mlk'dm acompaña a ofrendantes con oficios y profesiones, como la de sacerdote, que no pueden ser considerados «comunes» (Charlier, 1953: 15-17; cf.: Amadasi Guzzo, 1986: 202). Además, hasta ahora, no han aparecido las dos fórmulas utilizadas conjuntamente en un mismo tofet. La expresión mlk`dm se traduce como "sacrificio (ofrecido) por un hombre". Hay menos consenso sobre como hay que traducir mlk`bl; "sacrificio (en honor) a Baal", "sacrificio (ofrecido) por un ciudadano", "sacrificio en lugar de un recién nacido" son las propuestas al respecto, mientras que la unanimidad es mayor en relación a mlk`mr que debe entenderse como "sacrificio de un cordero" o "sacrificio votivo", en cualquier caso un sacrificio de sustitución. (Lipinski, 1988-90: 243). El femenino mlkt se interpreta como una variante dialectal menos frecuente que mlk que no parece que pueda ser relacionado con el género de la víctima del sacrificio (Garbini, 1982: 127 ss).

Resulta igualmente interesante la evolución observada en el empleo de los verbos en lugares como Cartago y Motia. En las inscripciones más antiguas se utiliza el verbo yaton, mientras que el empleo del verbo nador que se generaliza a partir del siglo V a.C., en ambos lugares. Según Lipinski (1988) una similar disparidad se da también entre los textos bíblicos que se refieren al sacrificio de primogénitos y aquellos otros que aluden más concretamente al molk.

Por lo general la información del ritual que se puede deducir de las inscripciones del tofet apuntan hacia un carácter individual y no colectivo de la oferta, siendo generalmente realizada por un oferente masculino, aunque en el s. III encontramos dedicaciones de mujeres (Amadasi Guzzo 1988), llegando incluso a la utilización de un sistema de genealogía regido por un matronimio en vez de por un patronimio (CIS253 y 902). El sacrificio era ejecutado como respuesta a un ruego "porque ha escuchado su voz", k≈m<> (CIS), y tenía un carácter nocturno, sacrum magnum nocturnum (Ngaous).

La inclusión de funciones y profesiones a partir del s. IV es otra fuente de información. Así tenemos constancia de cargos políticos como ≈p†, “sufete” (CIS5903) o rb, “jefe, grande” (CIS5695); funciones administrativas entre las que destacan los ≈l≈m >≈m tt, “los 30 hombres encargados de las tasas” (CIS3917); funciones religiosas encabezadas por los khn, “sacerdotes” (CIS5268); o profesiones como n≈k, “fundidor” (CIS3014), pAddir (EH)